El peronismo nace el 17 de octubre, cuando nace la conciencia de la clase trabajadora. En el momento en que los obreros deciden forjar su propio destino, defender sus derechos, luchar por su presente y su futuro. Organizarse, “consolidarse y unirse en cada fábrica, en cada barrio, en cada rincón del país, para alcanzar la victoria, y que la clase trabajadora peronista conquiste el poder”*. El peronismo se consolida como la bandera bajo la cual los obreros se reconocen e identifican, dándole a su vez una dentidad.
A partir de allí se definió, de una vez y para siempre, la dicotomía Pueblo-oligarquía. El 17 de octubre marca un antes y un después en nuestra historia: es cuando el Pueblo se reconoce como sujeto de derechos, y como sujeto histórico, social y político, dejando de ser meramente el objeto sobre el cual se hace política. Quien no entiende esto, no comprende al Pueblo, y queda al margen de los procesos populares y revolucionarios que él gesta. De ahí las expresiones marginales que pretenden representarlo, pero que se han encontrado siempre a su derecha, y unos cuantos pasos más atrás.
No nos asusta decirnos peronistas. No vamos a la defensiva. No podríamos empezar jamás exclamando. “somos peronistas PERO…”. Nos asumimos peronistas, pero peronistas con todas las letras. Y no podríamos nunca aceptar la diferenciación: peronismo de izquierda o de derecha. Porque el peronismo ES izquierda. Lo demás, no existe. Lo demás es otra cosa. Algo amorfo, traicionero, parásito. ¡Eso es! Parásito de la política, apropiándose de nombres ajenos, invadiéndolo, queriéndolo transformar. Hoy, como en el 45, nosotros estamos del lado del Pueblo, y de aquellos que lo representan y lo acompañan, los que atienden sus reclamos, y lo incitan a seguir luchando y transformando nuestra Patria. Es por eso que nosotros somos peronistas, somos kirchneristas, y somos revolucionarios.
Corriente Popular John William Cooke.
*Montoneros, Cantata Montonera, Huerque Mapu
No hay comentarios:
Publicar un comentario