Leyendo el diario La Nación, hubo una nota que llamó mi atención por el título. Era “La insólita historia de la foto de Néstor y Cristina”, de Reymundo Roberts. Quien quiera puede buscarla, aunque cualquiera que lea las editoriales de dicho diario podrá entender de qué voy a hablar.
En la misma se hacía referencia a una situación que aparentemente ocurrió en la Casa Rosada. Digo “aparentemente”, porque como siempre sucede en estas notas, las fuentes son confidenciales, y no hay nada que pueda corroborar que la misma ocurrió. Se mencionaba en la nota que Cristina se habría reunido con algunos asesores, interesada en obtener una foto con antiguos presidentes constitucionales para el 25 de mayo, imitando la que se sacó Mujica en Uruguay. Según lo que mencionaba el periodista, la Presidenta consideraba erróneamente que la foto le sería beneficiosa en un año electoral para traccionar votos, y ante la insistencia en contra de quienes recibían “la directiva” autoritaria tuvo que desistir.
La nota no tiene ningún elemento que permita corroborar la historia, y además sirve publicarla únicamente porque suma adjetivos negativos para la primera mandataria. Se la muestra como una persona que quería llevar adelante una mala idea, a toda costa, sin entrar en razones. Y que además la idea no era propia, si no que se la tomaba de otro lugar donde habría rendido frutos bajo un contexto diferente, lo que alguien debió explicarle porque aparentemente Cristina Fernández no sabe distinguir las realidades de ambos países.
Este esfuerzo que vienen realizando los periodistas de los diarios opositores por desacreditar sin sustento a la Presidenta no hace más que poner en duda la calidad de su labor profesional. La nota concluye informando que tras 4 horas de debate se logró explicarle a la mandataria que la idea era mala, ella entró en razones, y finalmente en el acto del 25 de mayo sólo habrá una foto de ella y del ex Presidente Néstor Carlos Kirchner. No puedo ahora afirmar, por faltarme elementos, qué fotos aparecerán en los festejos, pero me es inconcebible tomar como seria semejante publicación. Al igual que esa nota, yo podría ahora empezar a decir algo así como: “Los editores del diario La Nación han intentado realizar un frustrado golpe de Estado a principios de este año. Convencidos de que perderían su trabajo si no lograban “deshacerse” de la Presidenta, han mantenido conversaciones con militares de altos cargos del país y de naciones extranjeras, en pos de organizar un ataque para asesinar a Cristina Fernández de Kirchner. Las fuentes, que no puedo mencionar porque así me lo han solicitado, aseguran que tras una reunión secreta con Héctor Magneto, han decidido desistir por ahora del asesinato y golpe de Estado, para esperar a ver cómo se resuelven las elecciones de octubre”.
Sinceramente la nota de Roberts deja mucho que desear, y opne en evidencia cómo no sólo está en crisis la oposición, si no también los medios periodísticos que, sin nada para publicar, escriben notas varias describiendo escenarios de dudosa realidad, para tener algo que criticarle a la Presidenta. Pobre, muy pobre, es la triste realidad de la oposición, que con lamentables imitaciones de Tolkien, intenta armar ficciones de luchas de poder poco creíbles.
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