Extraño, pero real, la única tapa de Clarín que pudo verse sin rechazo después de tantos años fue la de ayer: una tapa en blanco, en repudio contra lo sucedido el domingo (empleados gráficos bloquearon las plantas de los diarios Clarín y La Nación impidiendo la distribución total del primero, y parcial del segundo). Lo primero que extrañó en todo esto es que ni uno ni otro diario (ni ningún medio del mismo monopolio) se explayaron acerca del conflicto que motiva a los trabajadores a realizar la medida de fuerza mencionada. Información repetitiva mezclada con comentarios de desprecio -de los mismos que despreciaron la asignación universal por hijo o la ley de medios, y de parte de la semiprogresía gorila capitalina- sirven solamente para intentar instalar en la sociedad esa mirada de repudio contra Moyano, esa idea de la presión que ejerce su gremio sobre el gobierno, y la idea del autoritarismo que prima desde el kirchnerismo.
Vayamos por partes. EL MUNDO VIRTUAL, como lo llama 6, 7, 8, es aquél que Clarín diseña a fin de que se lo considere real. Prácticamente tienen un desarrollo similar a los que logran Tolkien, o J.K. Rowlin, la diferencia es que no consiguen tantos adeptos a sus ficciones. De a poco, van avanzando sobre distintos flancos. Lo que desean instalar es, por un lado, la idea de que el gobierno es autoritario. De acá se desprende que: las medidas que disponen son inconsultas y sin avales; las voluntades políticas las compran; los adeptos los logran con choripanes; están formando un ejéricto filofascista de fanatismo exacerbado formado por jóvenes dispuestos a todo; lo que le importa al gobierno es el dinero, para lo que contrata distintos personajes mercenarios. Por otro lado, desean instalar otra noción: la de que el kirchnerismo es un movimiento de resentidos. Los kirchneristas, para el diario, somos todos resentidos que nos movemos por el odio que tenemos hacia fantasmas del pasado, fantasmas creados por los dirigentes para aglutinar seguidores. Lo que plantean es que por acción de la Casa Rosada se genera un odio desmedido de las masas hacia figuras creadas por un discurso demagógico. De esta manera, se ayuda a generarse otra noción: todas las medidas económicas no están hechas en base a un plan trazado a largo plazo, a una concepción global de la economía que requiera de distintas reformas, si no que están improvisadas y creadas para desgastar a los enemigos del momento. Ya sea la iglesia, el campo, los jubilados, los medios de comunicación, siempre hay un enemigo al que se persigue y se odia, y el gobierno actúa en consecuencia. Lo importante de esto es que la economía es una ciencia social. Lo que importa no es una medida en abstracto, ni números que pueden manipularse. Lo que importa acá es que este es un gobierno que está reestructurando toda la base que sustenta el modelo económico (proceso que se dio más que nada en la época de Néstor Kirchner, y que ahora busca institucionalizarse). Desde el 2003 en adelante, en lugar de una seria de medidas sueltas sujetas a los caprichos de los capitales extranjeros, estamos teniendo una serie de pasos (coherente y pensada largamente) que nos permite establecer el modelo económico deseado. Este modelo económico tiene una visión más keynesiana que neoliberal.
Y aquí hago una pausa para desarrollar un idea. El gobierno no es comunista, no avanza contra los medios de producción privados. ¿Por qué entonces, algo que es tan claro para el troskismo, genera tanto miedo en la derecha? Simple. El kirchnerismo, y el peronismo en general en nuestra historia, fue el que mejor entendió la revolución como la plantearon los grandes pensadores revolucionarios: el comunismo es la etapa superior del capitalismo. Mientras que el troskismo no avanza en su intento desesperado de saltear esa etapa que en teoría comprende pero que en la práctica no acepta (esa etapa en la que el capitalismo necesita desarrollarse para dar paso al momento siguiente), el kirchnerismo toma todos los pasos necesarios que nos permiten avanzar en el camino de la revolución. Entonces: el kirchnerismo es revolucionario, y mientras uno no lo entiende, el otro lo desprecia y le teme.
Volviendo ahora sí a lo que venía comentando, este modelo económico que se quiere plantear, no terminan de verlo las mentes que devoran lo que la prensa monopólica trasmite. En lugar de verse un mapa completo y elaborado de un proyecto largoplacista, se ven caprichos eventuales que derivan en medidas improvisadas que afectan a la sociedad toda.
Así, la prensa opositora va buscando y elaborando distintos enemigos que pongan en incómoda situación al gobierno nacional. Es que, explicitándolo un poco, el gobierno no es el único que busca polarizaciones. Mientras que el peronismo es por excelencia el movimiento que mejor buscó la polarización histórica para definirse por lo que no es, la oposición ahora busca lo mismo de manera exagerada. Es más fácil, para esta idea del gobierno que se quiere instalar, buscarle enemigos íntimos que puedan plantarse como inocentes víctimas de los ataques autoritarios de la yegua de Cristina (con todo el amor con que yo la llamo yegua). Por ejemplo, en un momento fue el campo. Sin ahondar en detalles que resultan superfluos al ejemplo, se generalizó la postura de un sector amplio y diverso, sin buscar las matices siquiera entre los que resultaban beneficiados y apoyaban la resolución 125, y se los puso como víctimas de este fascismo imperante. La consigna era clara: "hoy vinieron por nosotros, mañana te puede tocar a vos". Después fueron los jubilados con el tema de la ANSES. Esta jugada no les salió tan bien, por los errores que el kirchnerismo no volvería a repetir, por las fracturas de la oposición, por las medidas que se han tomado desde el Ejecutivo para con este sector, y por la existencia mayor de medios de comunicación favorables al gobierno y al pueblo, entre otros. Luego, los medios monopólicos de comunicación con la Ley de Medios, y también con el "tema Papel Prensa". Todo después derivarían en lo que se vive ahora, de aquellos resentimientos se desprenden los avances contra el trabajo esclavo que reina en "el campo argentino", del odio a Clarín y La Nación y todos los medios de las mismas empresas, se drevivan los ataques de Moyano a los mismos.
Algo interesante que decía Víctor Hugo Morales en su programa, y que yo rescato, fue cómo el monopolio se encarga de inventar que todo lo que sucede ahora y que lo perjudica, son en realidad ataques planificados del gobierno contra él, derivados de un conflicto personal entre una presidenta desequilibrada y una empresa que ninguna culpa tiene. Y todo son, para ellos, ataques contra la libertad de prensa. Así fue como quisieron instalar lo sucedido el domingo: en lugar de ser una consecuencia directa de un conflicto gremial, que continúa por el incumplimiento de Clarín a los fallos judiciales, ellos suponen que todo es una teoría conspirativa urdida en la casa de gobierno. Entonces, parafraseando a Víctor Hugo, el tema Papel Prensa es un ataque contra la libertad de prensa, el tema del ADN de los "hijos" de Ernestina de Noble es un ataque a la liberatd de prensa, la Ley de Medios es un ataque a la libertad de prensa, la ilegalidad de Fibertel es un ataque contra la libertad de prensa. Cablevisión se niega a incluir en su grilla canales que deberían estar al alcance de todos, pero eso no es limitar la información. La censura se ve cuando la gente no puede decir lo que piensa o lo que siente por miedo a las represalias. Cuando no se tiene medios que publiquen lo que uno quiere decir. Cuando uno es perseguido y torturado por no hablar acorde a los intereses de los poderosos. ¿Qué medio cerraron, qué periodista perdió su trabajo, quién fue llevado a la justicia siquiera, por decir que la Presidenta está loca, que es una yegua? Desde que tengo memoria tanto a Néstor Kirchner como a Cristina les han faltado el respeto sistemáticamente en todos los medios de comunicación del monopolio, al tiempo que alegaban que perdían su libertad de expresión. Hasta no se puede decir que sea un discurso de locos, pues al menos los locos tienen coherencia en sus delirios...
En el caso del sindicalista Hugo Moyano, la imagen que diseña la oposición ya es clara: es un caballo de batalla usado como fuerza de choque, que está tomando peso propio y condiciona a la Casa Rosada. Su pasado no importa, lo que haga no importa. Ya el debate no es sobre sus actos, porque lo que quieren es lograr que se transforme en un personaje oscuro, lleno de dudas y tramollas. Así, aún cuando haga maravillas en el futuro, y aún cuando de ahora en más no realice más que actos católicos y vaya a misa con Bergoglio, siempre se sospechará de su persona y de sus intenciones. ¿Cómo considerarlo extraño? Desde los '70 que se han encargado de hacer lo mismo con todos los políticos: ya no importa lo que hagan, o lo buenos que sean, seguro que sacan algún rédito personal de sus actos. Y hasta tal punto han llegado, que trasladan esas ideas a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. En mi opinión personal, se toman mucho trabajo para plantear fantasías poco convicentes. De ninguno de los elementos mencionados hallo pruebas en la realidad. No sólo cada nuevo suceso los contradice y prueba lo contrario, si no que además es grosera la selección de temas a tratar. Como mencionaba al principio, es absurdo que un diario cuya publicación ha sido frenada por un conflicto gremial, no explique de dónde se deriva el conflicto, y por qué ha llegado a eso. Parte de lo dicho fue que "la gente" había estado privada de la información, y que además lo que había ocurrido era censura. La información a la gente no llega necesaria y exclusivamente por dicho diario (por más dueños del mundo que se crean). Por otro lado, la publicación de Clarín online fue posible. En tercer lugar, vincular al gobierno en una cruzada que deriva de un conflicto que es exclusiva responabilidad del diario, es un delirio. Lo que me lleva a la siguiente conclusión: por un lado, la oposición está desesperada por utilizar cada hecho para desgastar al gobierno al máximo y, por otro lado, en el mientras tanto debe armar un ofensiva un poco más coherente que realmente pueda calar en algo más que el núcleo duro de gente que aún los escucha sin importar qué. Esto me lleva a desear que la incapacidad actual para armar un golpe certero y letal se mantenga de manera indefinida.
Lo cierto es que lo que Clarín estaba acostumbrado a hacer, ahora lo repite pero ya no le sirve. La mentira, la falta de información, el desprestigio de las figuras políticas que no le convienen, juntar a la oposición intentando unirla en una mescolanza que tenga alguna habilidad mínima de gestión... La ventaja inicial es importante: la oposición, ya no puede repetir las fórmulas golpistas e imperialistas, y parece que recién ahora se está dando cuenta. Me pregunto cuánto tiempo tardaran en encontrar una nueva arma de destrucción masiva. Por las dudas, es tarea de los militantes y dirigentes kirchneristas no perder la visión a nivel nacional de los sucesos, leer y consolidarse como cuadros políticos, sostener la capacidad de gestión y el diseño de políticas amplias, federales y participativas a corto, mediano y largo plazo, y, por sobre todo, no colgarse de los laureles: ampliar y sostener el deate político y económico para poder finalizar la institucionalización de los cambios realizados hasta ahora, fundando piedras difíciles de revocar en algun futuro de vientos desfavorables. Parece tonto decirlo, pero aún tenemos mucho que aprender, sobre todo lo jóvenes. Si bien el peronismo sabe ser gestión, y es el único que lo ha demostrado, los jóvenes no lo sabemos. De los 70 en adelante hemos aprendido a ser rebeldes, contestatarios, oposición. Hoy en día, la realidad es distinta, y para los que hemos sido criados bajo la voz del no a todo, nos cuesta esto, que debemos aprender, no sólo como jóvenes en formación, sino como jóvenes de la resistencia que pasan a ser gestión. Aprender a organizarse, a formarse, a dialogar, a encontrar consenso. Esto es lo que el trostkismo nunca ha entendido y lo que no le permite avanzar en el proceso revolucionario que desarrollan el peronismo y e kirchnerismo. Tal como decía Cooke: "Podemos decir en una tribuna que queremos eliminar al capitalismo, librarnos del imperialismo y darle los bienes de producción al pueblo y arrancaremos aplausos. Ese mismo auditorio, si nos declaramos marxistas, nos mirará con desconfianza, no sabrá a ciencia cierta "en qué juego andamos" y en lugar de ver allí la culminación del peronismo, pensará que hemos cambiado de chaquetilla, Irracional, ilógico y todo lo que se quiera, pero exacto."
Como kirchneristas debemos seguir al frente. Este no es un proceso que haya culminado. Cantar victoria ahora seria irresponsable. Pero no me refiero a la del 2011. Me refiero a suponer que a partir de ahora todo se da en un camino de ida, ya establecido, movido por poleas invisibles. Lo que no hagamos nosotros no lo hará otra persona. Lo que la muerte de Néstor nos dejó es esa sensación de que ahora que él no está, somo nosotros responsables de nuestro destino. Es hora de que los que bancamos este proyecto no estemos sentados esperando una nueva medida que defender. Debemos adelantarnos a la derecha rancia que, además de fracturada, todavía no encuentra ese punto flojo del gobierno donde pueda dar el golpe.
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