Hay como una especie de olvido en cuanto al tema de los derechos humanos en la sociedad. Lo derecha hace ver que lo único que se hizo fue avanzar en el juzgamiento a represores por una cuestión de rencor personal del ex Presidente Néstor Kirchner y la actual Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La izquierda tradicional plantea hechos aislados de represión policial para minar los logros del gobierno en la materia. Por más que dichos hechos sean repudiables, no por eso el Gobierno ha dejado de avanzar sin prisa y sin pausa en saldar las deudas sociales que aún tenemos. Y hoy en día, aún seguimos avanzando en la institucionalización de los cambios ya logrados.
La última medida que quisiera destacar es la que tomó la ministra Nilda Garré, con su resolución 167, mediante la cual modificó el nombre de 3 escuelas de Policía: la Escuela de Cadetes Ramón L. Falcón, la Escuela Superior Cesáreo Ángel Cardozo, y la Escuela Federal de Suboficiales y Agentes Alberto Villar. ¿El motivo? Falcón ejerció a principios del S XX reprimiendo los alzamientos de los obreros. Cesáreo Cardozo asumió como jefe de la Policía Federal tras el golpe de Estado 1976, y es considerado como uno de los ideólogos de la represión. Alberto Villar fue uno de los organizadores de la Triple A, que actuó durante el gobierno de Isabelita.
Según la acertada resolución de la Ministra, “en el caso de las instituciones formadoras de policía resulta pertinente que sus denominaciones se relacionen con la trayectoria de personas que han contribuido con su accionar a proteger la vida, las libertades, los derechos y las garantías de los ciudadanos.” Por este motivo, las tres pasarán a tener los nombres: Juan Ángel Pirker, Enrique Fentanes y Enrique O’Gorman, respectivamente. Los tres fueron policías que abogaron por el respeto a los derechos humanos y a las instituciones democráticas de la Nación.
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