En el día de ayer, tras años de impunidad, fue condenado el represor Luis Abelardo Patti. Su condena se concretó en un juicio en que también resultaron condenados Bignone, Santiago Omar Riveros y Martín Rodríguez.
Todos recibieron la pena de prisión perpetua e inhabilitación perpetua más accesorias legales, y pago de costas. La única condena diferente fue para Meneghini, quien fuera comisario, y contra quien no se encontraron suficientes pruebas. Estará en prisión por 6 años.
Los represores fueron condenados por los secuestros, aplicación de tormentos y asesinatos de Gastón Gonçalves y Diego Muniz Barreto; el secuestro, aplicación de tormentos y tentativa de homicidio de Juan Fernández, las desapariciones de Carlos Souto y Luis y Guillermo D’Amico y la detención ilegal de Osvaldo Arriosti.
Según publicó Página 12, Manuel Gonçalves, hijo de una de las víctimas, explicó uno de los elementos que hacen de este juicio, uno particular: “Siendo uno de los protagonistas del avasallamiento de la democracia, Patti usó las instituciones para sostener su impunidad. Tuvimos que trabajar el doble que en otros casos. Nos insultaba a todos queriendo ostentar cargos públicos. Y no hay que olvidarse que sus alianzas políticas, por ejemplo con el duhaldismo, llegan hasta hoy”. A partir del fallo, Patti dejará de tener su internación en el FLENI –debida a un accidente cerebrovascular de dudosa veracidad-, y pasará a continuar su internación en prisión.
Las condenas para todos son en cárcel común.
Desde hoy la justicia se anota otro punto a favor. Y el Gobierno que lo hizo otro posible, se merece un nuevo reconocimiento.
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