Estando tan cerca las primarias abiertas, no deja de comentarse lo que ya se obvio: los candidatos opositores están jugando al “juego de las sillas”, al ritmo que marca el gobierno. Sin nada cerrado, el que quede sin sentarse cuando pare la música queda afuera. Para no ser menos, el pinosolanismo da vueltas sin saber con quién jugar. Al ser consultado, Pacheco Solanas sigue mostrando intenciones de ser candidato a la presidencia, pero habiendo tantos actores en juego, no puede más que dejar abierta la posibilidad de reducir sus aspiraciones a la Capital Federal.
El GEN y el Socialismo serían los principales aliados, pero estos se muestran más interesados en cerrar un espacio con los radicales, de los cuales Sanz parecería estar considerando la posibilidad de juntar listas con el Peronismo Federal. El tema es que, si el radicalismo cierra con GEN y el Socialismo, entonces Proyecto Sur queda fuera del arreglo. Si en cambio eligen a este último espacio, pierden la posibilidad de armar un frente con un partido que no sólo tiene posibilidades reales, aunque pequeñas de disputarle poder al oficialismo, sino que además quedarían al margen en una elección donde claramente el bipartidismo se impone.
Marcando la posibilidad de que Pino se presente en la ciudad, Proyecto Sur juega a su candidato seguro en un espacio donde podría conseguir más que apostando al todo o nada en las presidenciales. Y apura a Hermes Binner y a Stolbizer a cerrar un acuerdo, obligando al primero a definir su candidatura para la Casa Rosada. Un dato más, si bien buscarían conformar un espacio amplio, otros sectores que conforman Proyecto Sur, como el del ex PRT Humberto “veleta” Tumini, no encontrarían en este marco un espacio donde asentarse. Sus máximas aspiraciones son hoy candidatos sueltos en las comunas, y la esperanza de hacer entrar uno o dos diputados. Si Pino Solanas se presenta para Jefe de Gobierno, los que venían atrás también deberán bajar algunos escalones en sus aspiraciones.
Si bien hasta ahora cada partido tiene sus “mínimas” exigencias en cuanto a alianzas que de seguro no aceptarían, esto es política, y como me gusta decir a mí, cada cual atiende su juego. Todos están tratando de patear definiciones hasta el último momento, pero lo cierto es que cuanto más demoren, mejores chances tiene el oficialismo, y más se evidencia en la “gente” la falta de una estructura y una propuesta seria opositora. Hoy en día, por más acuerdo que se arme, queda a la vista el apuro con el que corren los distintos espacios para parar una alternativa electoral y coherente, y la dificultad para conformar una unión que deje algo más a futuro que la cruel idea de una nueva “unión democrática”.
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