miércoles, 19 de marzo de 2008

SÓLO SE NECESITABA CAMBIAR EL DISCURSO


Hace un tiempo vi la pelicula "El Gran Dictador" de Chaplin y me parecio genial. Todos me habian hablado de la escena en la que juega con el globo terraqueo, y aun asi no perdio para nada su originalidad ni su sentido cuando la vi. El discurso final me hizo llorar. Comunismo, o socialismo si se quiere, se expresan claramente en el. Las bases para un mundo mejor, escritas por una mente genial hace muchos años, me hacen notar que muchas cosas no han cambiado. No pasa sólo, por ejemplo, por una Ley de Educacion Superior escrita hace ya 90 años y no modificada a pesar de los importantes cambios que han ocurrido en la sociedad, sino también por una impronta que lleva la raza humana, la sociedad como conjunto, en la que se nota que el hombre como parte de una masa de más hombres sólo puede actuar como rebaño, persiguiendo las metas y siguiendo un modelo impuesto por algunos cuyos intereses económicos los privan de una de las características más hermosas que tiene el ser humano siempre presente como individuo: su interés por el otro. Por lo otro. Por todo lo que se encuentre a su alrededor.

Es increíble para mí que el hombre vaya aprendiendo a desinteresarse por aquello que lo rodea, que lo provee de una casa, de un lugar, de comida, de vida (sí, es un aprendizaje). Es imposible para mi mente, guiada por determinados razonamientos, que el hombre evolucione buscando lo mejor, y llegue con eso a transformar al mundo en un lugar inhabitable para él. No entiendo en qué momento de la vida alguien puede descubrir que su felicidad depende del sufrimiento ajeno. Porque ya no es una falta de interés en las consecuencias lo que les permite mover a dedo las cosas según sus conveniencias, sino un deliberado maltrato a lo que representa la gente. Creo plenamente en el plan sistemático diseñado en distintos momentos y aplicado a distintas cosas que rige nuestras vidas. Y lo detesto. Pero por suerte tenemos un sistema que es el responsable de aquello, y no una persona o grupo de personas y empresas o gobiernos para culpar...no??

Dado que en este momento me lleno de ira y desprecio al repensar lo que sucede en el mundo, prefiero dejralos con el discurso de Chaplin, que es simplemente maravilloso, y quizás más coherente que lo que pueda decir yo.


"unidos somos fuertes, organizados invencibles"






En la película se lo confunde a Chaplin con Hitler, por lo que se lo hace subir a un estrado frente a una multitud para dar un discurso, esto es lo que dice:


Realmente lo siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mí. No pretendo regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustaría ayudar en lo posible a cristianos y judíos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de ayudarnos mutuamente. La gente civilizada es así. Queremos vivir de nuestra dicha mutua...no de nuestra mutua desdicha. No queremos despreciarnos y odiarnos mutuamente.
En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnífico, pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de los hombres, ha rodeado el mundo con un círculo de odio y nos ha hecho entrar marcando el paso de la oca en la miseria y en la sangre. Hemos mejorado la velocidad pero somos esclavos de ella. La mecanización que trae consigo la abundancia nos ha alejado del deseo. Nuestra ciencia nos ha vuelto cínicos. Nuestra inteligencia duros y brutales. Pensamos en exceso y no sentimos bastante. Tenemos más necesidad de espíritu humanitario que de mecanización.
Necesitamos más la amabilidad y la cortesía que la inteligencia. Sin estas cualidades la vida solo puede ser violenta y todo estará perdido. La aviación y la radio nos han acercado los unos a los otros. La naturaleza misma de estos inventos requería la bondad del hombre y reclamaba una fraternidad universal para la unión de todos.
En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis, la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer! Soldados, no os entreguéis a esos brutos...hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón!.No os pongáis en manos de esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres!¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales....Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad. En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: "El reino de Dios está en el hombre mismo". No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad.
Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida...para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder...¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que de a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad, prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado...un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!


Charlie Chaplin, El Gran Dictador, 1940






Terminado el monólogo toda la gente aplaude, y es sumamente triste notar que sólo hacía falta que un hombre cambiara el discurso para cambiar la historia.



NO SE OLVIDEN

Unidos somos fuertes
Organizados invencibles

¡VENCEREMOS!

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