viernes, 18 de abril de 2008

LA RAZON COMO ENEMIGA

Me he estado preguntando últimamente cómo es este tema de "la razón".
Parto de la concepción social de que, gracias a ella, somos humanos. Gracias a ella "somos superiores". Gracias a ella cualquier acción es válida...no??
La razón es el elemento primordial que nos separa de los animales. Los animales piensan. Buscan de qué manera u otra subir o bajar de algún lugar, o cómo les conviene capturar un animal, cuanto esperar, demás. Sin embargo, no razonan. Entonces, la base de toda nuestra superioridad respecto de los demás organismos no humanos reside en el razonamiento..
Ahora, con esto se presenta un serio problema, porque, en teoría, si razonamos sobre algo, llegaremos a una conclusion válida. ¿O eso sólo una suposición? Porque también nos ocurre que, ante un cierto hecho, las personas pueden razonar cosas distintas, y llegar a respuestas tan antagónicas o excluyentes que cuesta creer que salieron de un mismo punto. Por supuesto, influyen la cultura y el contexto, pero estoy hablando ahora de personas que viven en un mismo lugar, criadas ambas ahi, bajo las mismas reglas sociales y culturales (no ideologicas), que presencian el mismo hecho en el mismo lugar. A su vez, cuando nos enfrentamos con una persona que realiza una lectura distinta de los acontecimientos, nos ponemos en la postura de que su razonamiento es incoherente, está mal hecho.
¿Pero como saberlo? ¿Cómo saber si nuestro razonamiento es el adecuado? Ya habia hablado yo un poco de esto con la excusa de "El Rey Leon", aunque parezca extraño que bajo dicho título pueda rezonarse algo que considero coherente. ¿En qué medida nosotros estamos capacitados para discernir, hacer un desarrollo de algo, y plasmarlo con una o varios conclusiones que suponemos son las únicas válidas?
Algunas veces no entendemos el razonamiento que alguien hizo para llegar a cierta conclusión. Pero otras veces, entendemos perfectamente su razonamiento, y le encontramos fallas. Y se discute. Y se comparan los dos razonamientos. Acá es donde podemos hacer prevalecer uno sobre otro. Ver cuál es el error que cada uno tiene, y, en base a eso, cuál es el más válido. Entonces, se supone que tomando como bases ciertos conceptos de lógica, podemos claramente llegar a validar un razonamiento por sobre otro, y determinar cuál es el válido (o más válido).
Con lo cual, sólo necesitamos tener claras las bases para entender lo que sigue, y para hacer la posterior comparación. Pero ahí entonces se nos presenta un problema aún mayor. Mis razonamientos se basan en un montón de conceptos -y preconceptos- que tomo como válidos. Ahora, esos conceptos pueden ser reglas morales, éticas, o sentimientos. La idea del bien y del mal. Mis ideas políticas y, en verdad, todas las demás, parten de la base de que el hombre tiene que ayudar al hombre. Pero no deber ser una simple idea, debe ser un hecho. Para mí, sin eso no hay nada más. Todo posterior desarrollo no vale sino se parte de eso. Para alguien que eso no es así, que entiende, por ejemplo, que "la naturaleza del hombre" (¡qué gran excusa!) es cruel, egoísta, y demás, y que eso es un hecho imposible de cambiar, derivará inevitablemente en conclusiones distintas sobre lo qué es la política, para qué está, y cómo se la maneja.
Estas concepciones que todos tenemos, y sobre las que movemos nuestros pensamientos, nuestras acciones y elecciones, son generalmente imposible de modificar. Porque están con nosotros desde que nacemos. Nos ayudan con nuestros primeros entendimientos del mundo, y a partir de ahí se fijan en nosotros como métodos para entender lo demás. La mente humana, a mi modo de ver, es permeable y moldeable. Pero se necesita mucho esfuerzo y voluntad de ambos lados para que esto ocurra. Es entonces cuando me surge la duda que más miedo me da responder: ¿Es posible cambiar al hombre? ¿Si alguien es, digamos, macrista, podrá desarrollar un pensamiento, o una manera de pensamiento, que lo ayude a analizar distinto las cosas? ¿Qué clase de experimento puede llevarnos a entender esto?
Hay ejemplos reales de ciertos cambios. Cuando yo era chica, por ejemplo, estaba en contra del aborto. Pero cuando crecí, se convirtió en una de las cosas que más defiendo (creo que defiendo todas las libertades por igual, porque la libertad tiene que ser con todo y en todos los ámbitos, no parcial...pero eso es otro tema). Ahora, esto me pasó en una etapa en la que iba moldeando mi cabeza para que asumiera ciertos tipos de razonamientos como válidos. Pero en gente adulta y ya formada, ¿también podemos encontrar cambios? Más allá de un cambio específico, hay cambios importantísimos a nivel sociedad. Pensemos, por qué no, en los nazis. ¡Qué increíble situación para un desarrollo psicológico! ¡Cómo me lamento ahora el no tener los materiales precisos para este tipo de análisis! Pero remitiéndome sólo a lo que dentro de mi concepción es válido, me empiezo a preguntar si un nazi puede dejar de ser nazi, o si una persona normal puede convertirse en nazi. ¿Puede alguien que siempre fue pacifista, bajo ciertas condiciones, apoyar una guerra?
Creo que sí, y en estos casos solo vale el sentimiento acoplado al razonamiento. Es decir, está mal matar a otro, pero está bien si lo hacemos en defensa propia. ¿Por qué? Porque entendemos que prevalece siempre el instinto más primitvo del hombre de supervivencia. Hay un cuento corto que se llama "El caso de los exploradores de cavernas". En este, cinco exploradores quedan encerrados en una cueva. Los rescatistas les dicen que tardarán cinco días en sacarlos, y todos los especialistas coinciden en que no sobrevivirán todos esos días por la falta de comida (se comunicaban por radio). Uno de ellos, en la desesperación, les pregunta a los especialistas si pueden sobrevivir comiéndose a uno de ellos. Ninguno responde. Se llama a curas, abogados, y médicos...todos se niegan a responder. Ese día se corta la comunicación. En el interior de la cueva, los cautivos descubren que tenían dados, y tras desarrollos matemáticos que les premiten aseverar que todos tienen las mismas posibilidades de ganar o perder, deciden dejar a la suerte quién servirá de comida. El que había propuesto la idea, pierde, y se opone a ser comido. Cuando se los rescata de la cueva, éste había sido asesinado y comido por sus compañeros, que pasan a ser juzgados por la corte suprema. La sociedad estaba en contra de que se les aplicara la pena de muerte. Algunos jueces apelaban al derecho de supervivencia, pero otros no. Éstos decían que distinto hubiera sido el caso si esta persona ya hubiera estado muerta, pero no, la habían asesinado deliberadamente. Y hay mas...este hombre asesinado habia estado en contra de las reglas de juego, pero que el mismo había impuesto! Finalmente, se los declara culpables y se los condena a muerte...
y entonces quedo de nuevo en lo mismo: ¿Cómo saber si nuestro razonamiento es el adecuado? yo los hubiera dejado en libertad...


Unidos somos fuertes
Organizados invencibles

¡VENCEREMOS!

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