jueves, 14 de abril de 2011

El decreto de Clarín.

Clarín ha conseguido en estos días legislar mediante decretos en la ciudad. Hoy en día, el diario opositor al Gobierno Nacional está intentando avanzar por la única vía que le queda: el jefe de Gobierno.
Desarmada la oposición, sin poder acordar un solo proyecto en el Congreso, y sin lugares de poder, al monopolio le resulta sumamente necesario recurrir al único bastión donde todavía cree poder hacer cierto daño. Sin poder escudarse en una justicia que lo condena por no acatar los fallos, ni en un Gobierno que ya no está al servicio de sus intereses, Macri se convierte hoy en la única figura dispuesta a poner su cargo a disposición de sus intereses.
El estatuto de la ciudad (artículo 103) prohíbe legislar mediante decretos de necesidad y urgencia. Mauricio Macri sin embargo, incluyó en el Código Contravencional mediante un DNU penas de arresto de hasta 10 días, y sanciones que llegan a los 50 mil pesos a quienes "convoquen, organicen o apoyen logísticamente" el bloqueo de diarios o amenacen a periodistas.
No sólo es inadmisible esta medida por la forma en que fue tomada, sino que además ignora la inconstitucionalidad de legislar en materia penal por parte del Gobierno la Ciudad, responsabilidad que sólo le cabe, justamente, a los legisladores.
Otra cuestión a destacar en este sentido es que, como dijera Tomada, “se crean dos clases de trabajadores, los que tienen derecho a la protesta; y los gráficos, de diarios y de televisión, que no lo tienen". Este decreto no sólo es una vergüenza y carece de sustento, sino que además avanza directamente en el atropellamiento de la división de poderes –de la que tanto habla la oposición, evidentemente cuando le conviene-. A pesar de la obviedad de que una medida así no puede prosperar, es difícil saber qué pasará, por la desesperación de la oposición y la mayoría que tiene la derecha en la legislatura de la ciudad. Una vez más, Macri se maneja en los límites de lo legal y lo legítimo, amparado por los grupos de poder. Es hora de que, tras tantos atropellos, este año los/las ciudadanos/as de la Ciudad de Buenos Aires elijan otra alternativa.

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