martes, 9 de agosto de 2011

Que falta de respeto, que atropello a la razón.

Como habrán visto ya en algún post anterior, me resulta interesante leer sobre el rol de los medios de comunicación, cómo los recibe la sociedad, cuáles son las consecuencias no deseadas de su desarollo, etc...La gran difusión de medios de comunicación, la proliferación de espacios en internet, permiten que hoy en día todos/as nosotros/as podamos subir artículos, opiniones, análisis a la red, y que lleguen a cualquier parte del mundo en segundos. Para ser sincera, no entiendo nada de eso. De la tecnología. Pero intento cada tanto ver en la parte social cómo eso nos transforma. Por un lado, nos abre puertas. Nos permite no depender de los medios oficiales. Nos permite ser más informales y compartir no sólo noticias, sino también culturas, casi violando códigos geogfráficos que nos unen más con el de lejos que con el de al lado.
Pero así como los medios nos permiten integrarnos, también permiten hacer masiva la discriminación, la circulación de información falsa, la proliferación de prejuicios. Y el problema no es que la gente escriba. Sino que hace falta todavía una adaptación cultural a estos nuevos medios, y a este nuevo periodimo sin reglas. Las leyes aún corren con años de atraso, y lo cierto es que como seres humanos, sin una cultura de tolerancia, nos cuesta bastante autoregularnos. La internet es, por decirlo de alguna manera, tierra de nadie. En parte eso está buenísimo. En parte no debería.
Hoy me gustó especialmente el último fascículo de LAS12, del diario Página12, que tiene un análisis muy interesante realizado por el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión. El mismo realizó un índice que deja en evidencia que 6 de cada 10 programas infringen la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, Ley que, además, es innovadora en cuanto que también contempla la violencia simbólica contra las mujeres.
En el artículo se comienza por distinguir entre banalidad y discriminación en la televisión actual, lo cual es en cierto punto necesario. No es lo mismo que se difunda banalidad pura, a que se creen y reproduzcan estereotipos mediáticos discriminatorios. Según la nota Discriminar da Rating: "Sin duda los gays y lesbianas y las mujeres son los más afectados/as por la cosificación de la pantalla (que ya no es chica sino plana). Las situaciones con más burlas, estigmatizadas o mal tratadas en programas de entretenimiento fueron la identidad sexual y la violencia de género. Después le siguen la xenofobia y el racismo, la discapacidad, la obesidad, la religión y la juventud." Poco se sabe, pero el observatorio existe desde 2006, y como bien lo aclara la nota está integrado por "la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca ex Comfer), el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM)." Actúa en casos específicos de discriminación, y para los interesados, tiene un página de internet muy completa: http://www.obserdiscriminacion.gov.ar/ y con estudios muy reveladores de la problemática.
El que se cita en el matutino tuvo lugar "a partir de septiembre del 2010, con la aplicación efectiva de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522), hasta abril del 2011. Durante el tiempo de monitoreo, el Afsca relevó 706 contenidos de radio y televisión de los cuales el 61 por ciento infringieron la ley por diversas temáticas: el 37 por ciento por su lenguaje, el 29 por ciento por los contenidos violentos, el 15 por ciento por lo que califican “temáticas adultas” (el modo de enfocar la información) que se da mucho en noticieros (no sólo los programas de chimentos pisan el palito) cuando, por ejemplo, preguntan a la mamá de un chico asesinado por situaciones escabrosas que no hacen a la información sino al morbo."
Según el informe, Canal 2 (América) tiene un "38 por ciento de las infracciones por actos de discriminación. Le siguen Canal 11 (Telefe) con 27 por ciento de las faltas, Canal 9 con 15 de transgresiones a los códigos de ética de los medios de comunicación, Canal 13 con 8 por ciento de violaciones a la ley de medios y Canal 7 con 4 por ciento de actitudes recriminables. Mientras que, en menor medida, las radios y los canales de televisión por cable representan otro 8 por ciento."
 
 
Si uno entra en la página del Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión, encuentra el Informe "Un mundo Perfecto", el programa de televisión que conduce Roberto Pettinato. El Observatorio encontró numerosas faltas a la Ley en el programa y manifiesta: "Desde este espacio entendemos que este sketch como los otros (todos del mismo programa) –pero quizás más directamente- habilita prácticas de violencia simbólica, mediática y de género, reproduciendo, instalando y legitimando relaciones de subordinación y poder de los varones sobre las mujeres. (...) Es importante recordar que la violencia física generalmente comienza con violencia verbal, y el chiste puede ser agresivo. Todos esos discursos y acciones sitúan en un lugar de subordinación e inferioridad a las mujeres. (...) Promueven la violencia de género y a alentar la reproducción de un estereotipo a través del cual sólo pueden aparecer como objeto de deseo si responden a un canon de belleza determinado. Cuando no se responde a ese modelo se acude al menosprecio.
Por lo demás, en días en los que las organizaciones de mujeres están en alerta por la multiplicidad de casos de femicidios, se apela a chistes ya no sexistas, sino que acuden directamente a la violencia machista y al asesinato. Esto se verifica no sólo en las “recomendaciones” que el “presentador” hace, sino en la elección del mismo personaje (un sketch en el cual el protagonista sería Barreda): se trata de un hombre que por la magnitud de los crímenes que cometió (asesinó a su esposa, suegra y dos hijas) se convirtió en exponente del femicidio en Argentina."
El humor se tranforma así, de manera inocente quizás, en un camino para "reproducir, instalar y legitimar" relaciones de subordinación y poder, es decir, de ejercer la violencia simbólica. Creo fundamental en este sentido la aclaración que se realiza en el informe, ya que deja en evidencia la facilidad con que un chiste puede convertirse en una discriminación directa: "En rigor, no escapa a nuestra consideración que se intenta hacer una ironía por lo hiperbólico del caso, pero no resulta clara porque falta un momento de reparación de aquello que se presenta."
 
 
 
Recomendaciones
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión recomienda, tomando en cuenta varias de las conclusiones elaboradas previamente por este Observatorio para otros informes, así como algunas del Instructivo del Área Queer de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires:
● Evitar las expresiones xenófobas.
● Cuestionar los estereotipos que el sentido común establece en relación con la desigualdad y las diferencias haciendo visible que las imágenes binarias construidas a partir de rasgos asignados como características constantes, atemporales y ahistóricas, se basan en procesos ideológicos. Estas tipologías habilitan la burla y el desprecio hacia prácticas que no responden a los parámetros de “normalidad” (hombre blanco, heterosexual, de clase media).
● Evitar caracterizaciones y “perfiles” que impliquen una naturalización del prejuicio, la burla y/o el insulto, o la exposición de los conflictos por géneros u orientaciones y prácticas sexuales no normativas como nota de color o pintoresquismo.
● Tratar como prácticas discriminatorias los gestos, epítetos o comentarios burlescos o injuriosos producidos por miembros de la industria del espectáculo, el deporte o por celebridades públicas que suelen justificar sus enunciados excluyentes al considerarlos dentro de sus “contextos particulares
● Promover la igualdad de trato y oportunidades y la equidad de género.
● No recurrir al uso de mitos y creencias que denigran a las mujeres poniéndolas en un lugar de subordinación (débiles, sensibles, pasivas o inseguras) frente a los hombres (fuertes, racionales, activos y seguros).
● No transmitir mensajes en los que el género femenino se presente sólo a través de sus características físicas, cosificando a la mujer, en menoscabo de su condición de sujeto integral.
● No hacer humor con situaciones que vinculen relaciones de violencia de ningún tipo.
● Utilizar lenguaje no sexista.

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