miércoles, 20 de julio de 2011

Todos calladitos, como la lechuza que hace shhhh

El 18 leía una nota en el Página 12: "Hay que transformar el sistema de medios", de Horacio Cecchi. Me resultó interesante en cuanto a que siempre me sentí atraída al análisis de los medios de comunicación. Propagandas donde se difunden estereotipos denigrantes para la mujer, paparazzi que no respetan los derechos de privacidad de las personas, el rol del periodista. Si debe o no debe tomar una postura, si debe o no dar juicios de valor...Básicamente, es como hablar de la clonación: reglas y valores sobre los que la sociedad no se pone de acuerdo, pero que todos/as condenan cuando se sobrepasa algún "límite" ideal, compartido por el colectivo.

Con el "boom" de la informática, y de escándalos al estilo de Wikileaks, y ni que hablar de la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual, se ha desarrollado mucho el debate sobre los distintos medios, sus nuevos roles en el marco de una muy desarrollada internet, y en un mundo no sólo globalizado sino también capitalista, donde la información es comercializada, y por ende pasa a ser un producto para el mercado, lucrativo y producido en masa. Lo que me parece que ha quedado atrasado en el debate, es cuál es el rol de los periodistas como profesionales.

Con el anuncio de la aprobación de la mencionada Ley de Medios, hubo un pequeño debate que no prosperó, imagino que por las pasiones mezcladas en un momento delicado, acerca de cuál es el rol de cada periodista. No digo que no prosperó porque no haya habido intención, sino porque se podría haber llegado a una profundización que a penas ha sido delineada. Creo yo que aún falta pensar el trabajo de los periodistas como lo es actualmente, es decir, propiedad de los grandes multimedios. ¿Es un periodista independiente? ¿Si trabaja en un medio específico, puede mantener su libertad de acción y decisión? ¿Las reglas y parámetros en que deben realizar su trabajo, son justas? ¿Existen algunas mínimas normas morales y éticas que deberían manejar? ¿Cuáles? ¿Un periodista debe o no debe expresar su propio parecer ante una noticia determinada? ¿Toda noticia es política? ¿Un periodista que trabaje en un medio de comunicación cuestionado moral y éticamente, debe ser cuestionado también, o él "sólo hace su trabajo"? Es decir, ¿hasta qué punto puede ser condenado un periodista por trabajar en uno u otro lugar?

Considero yo que aún no se han obtenido respuestas a estas preguntas, porque son incómodas. La mencionada Ley es por eso aún más sobresaliente, en cuanto surge de un debate realizado durante muchos años por distintos actores sociales que hacen sus propias preguntas, y se esfuerzan en elaborar respuestas que los superen a ellos. Han sido pioneros en el asunto todos/as los/as que participaron en su elaboración, y han contemplado acertadamente las amplias implicancias de dicha legislación. La aprobación de la Ley es un puntapié para analizar una profesión que adquiere cada vez más importancia en cuanto se expone a normas de juego todavía desconocidas, gracias al desarrollo masivo de redes sociales. Cuestionarse sobre el rol del periodista es una tarea aún pendiente.

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