domingo, 11 de septiembre de 2011

Clarín invierte la carga

Si uno mira las últimas notas que se han publicado sobre el llamado "caso Schoklender", advierte que el monopolio está intentando instalar la siguiente idea: X ha hecho maniobras ilegales mediante Y...Y, el único beneficiado a raíz de las sumas de dinero que posee y las propiedades que ostenta, habría confirmado los "manejos turbios" de X.
Esto es, si el día de mañana, Ud. es estafado/a por un empleado, ése hombre será portador de la verdad para el monopolio, y tendrá razón en hacerlo/a a Ud. responsable de lo acontecido. Es extraño, puesto que yo al menos, esperaría un historia más bien así: el estafador Y, quien está siendo investigado por la Justicia, deslinda responsabilidades.
Pensémoslo de una manera más, por las dudas. Cuando el caso Schoklender sale a la luz, quedan dos damnificados directos: el Estado al que estafó, y la Fundación a la que perjudicó. ¿En qué momento un periodista podría invertir la carga de la culpa? La única respuesta que se me ocurre: cuando trabaja para Clarín.

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