jueves, 23 de junio de 2011

GRACIAS CRISTINA!!!!


Por responsabilidad, por mandato popular, por compromiso histórico. Como dijo Cristina, fue una decisión tomada el 28 de octubre de 2010, cuando el pueblo entero salió a reconocerla como líder de un movimiento que nos representa a todos/as. Mucho podrá decirse de la demagogia, del autoritarismo, de lo que quieran, en definitiva. La cuestión es que nadie puede inventar acá que Cristina Fernández de Kirchner, nuestra presidenta, no fue legitimada por el voto y las manifestaciones populares una y otra vez durante lo que fue su mandato.
Yo quiero agradecerle además, y por eso me tomé mi tiempo para publicar esto, por ser militante, y por el aguante que tiene. Porque cuando yo era chica, me decían muchas cosas, y en su mayoría tendientes a convencerme de que el mundo era así, que era imposible de cambiar, que nadie realmente tenía buenas intenciones porque todos/as buscaban su cargo, cuidar su kiosko. Me frustraba tremendamente, había llegado a los ’90 con toda la angustia de ni siquiera tener buenos recuerdos de las épocas anteriores. Era leer, y sentir que mi época tendría que haber sido otra, que me había equivocado de momento. ¡Si hasta me sentía culpable de no haber nacido antes para darle una mano a los/as cumpas durante la dictadura! Ellos/as habían sufrido tanto, y yo acá, viendo Tinelli, oyendo debates circunstanciales sobre si la propaganda de De La Rúa que hablaba de a cuántos pasos se hallaba de Plaza de Mayo era “buena” o “mala”.
En el 2001, yo ya era peronista. Contaba 12 años. Ojo! Peronista de sentimiento. No tenía mucha bibliografía al respecto, y la militancia me llegó tarde…pero recuerdo que en el 2001, quería ir a tirar piedras a Plaza de Mayo. Ni mi papá ni mi mamá me dejaron. Años después, recuerdo discutir sobre Néstor. A duras penas sabíamos pronunciar el apellido, ¿se acuerdan? Yo, al menos, tenía mis dudas. Me habían dicho que tenía que ponerle todas las fichas, y lo hice. Mandato peronista dice que le llaman, o PJ, cada tanto. Y el señor este con el ojo desviado y nariz fea, porque seamos sinceros, era fea, se convirtió en el mejor, como en su momento lo fue a los ojos de Cristina. Sí, ¡enamoraba! Tenía esa picardía para hablar con los medios, sonreía aunque a veces daban ganas de llorar por las bestialidades de la derecha inescrupulosa que trataba de mantener sus pequeños feudos clasemedieros. Vino el ALCA, la integración latinoamericana, la ESMA, la anulación de las leyes de impunidad, las negociaciones salariales, los aumentos salariales. Casi casi un verdadero federalismo para la época, y una completa revolución.
Pero después, la cosa se empezó a poner dura. Y es que yo, cual militante recién llegada, veía todo con un pañuelo rosa. No me era posible todavía, y no sé si puedo ahora, visualizar esos turbios manejos de la política. Como dijera el Indio Solari, uno admira la parrilla que debe manejar Aníbal Fernández. Algunos/as se bajaron, otros se subieron, y el problema es que aunque mostraran la hilacha, a muchos/as seguíamos necesitándolos/as. A Néstor le agradezco, además de por los cambios que impulsó en el país, y por instalar las bases de este proyecto, frente a todas las oposiciones posibles, con cero apoyo, y sin ninguna necesidad, por haberme puesto el ajedrez de la política a la vista. El fue un presidente capaz de, como ya lo había dicho en una entrevista siendo candidato, marcar la cancha y dejar en evidencia constante quién era quién. Sin máscaras ni seudónimos. Expuso ante todos/as nosotros/as los juegos de poder.
Cristina, luego, vino a hacernos parte de los mismo. De la mano de Néstor lo declaró en aquel acto del Luna Park. Era hora de que los jóvenes, esta nueva generación política que llega ahora y sabiendo a qué tuvieron que enfrentarse sus líderes, se hagan cargo del rol que les toca. Ya está. Ya nos explicaron todo, nos mostraron cómo se movían, con quiénes, y lo mejor de todo: siempre para, con y por el pueblo. Fue un ejemplo militante. No son dos tipos más que jugaron un poco a las cartas y llegaron al sillón de Rivadavia. Néstor fue más que claro con su sentencia: “nos equivocamos por no profundizar”, cuando perdimos las elecciones en el 2009.
Yo le agradezco hoy a Cristina por volver a presentarse. Porque todos/as nosotros/as crecemos con ella. Porque este pueblo recién está aprendiendo a discutir su destino en democracia. Porque por primera vez estamos armando un sistema de país nuestro, independientemente de los partidos y las ideologías, porque un país debe ser para todos/as. Y porque mientras seguimos aprendiendo cómo miércoles se hace esto, ella sigue al frente de su pueblo, cuidándonos, dándonos tiempo. Dejando su vida, como hiciera Néstor.
Gracias Cristina!!

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