jueves, 2 de junio de 2011

HOY TOD@S CON LAS MADRES

¿Por qué seguimos hablando de la memoria? ¿Por qué seguimos molestando a personajes como Carrió y Lanata con el tema de los desaparecid@s y la dictadura? Sencillamente porque es un tema que sigue sin cerrarse. Son heridas abiertas que van ciacatrizando con cada nuevo acto de justicia, con cada nuev@ niet@ recuperad@.
Si nos olvidáramos de todo, no podríamos forjar un presente superador. Justamente, l@s que estamos tratando de cerrar esa etapa de dolor y lucha somos l@s que seguimos reclamando por el juzgamiento de l@s represor@s, por la recuperación de los espacios que funcionaron como centros clandestinos de detención, por devolverle su identidad a tant@s chic@s nacid@s en cautiverio. L@s demás, aquell@s que hablan de olvidar, no olvidan, ocultan, mienten, desprestigian.
Las organizaciones de derechos humanos han dejado muchos agujeros en cuanto a su desempeño en la dictadura. Pero las organizaciones de madres y abuelas de Plaza de Mayo, siempre han estado al frente de la lucha. Solas, sin experiencia, perseguidas y desamparadas, tratadas de locas y desprestigiadas, se pusieron al hombro la lucha de una sociedad toda. Las madres, en la lucha incansable por sus hij@s, pusieron en su boca las palabras de todo un pueblo.
Aún hoy cuesta entender como el trotskismo enarbola la bandera de los derechos humanos y, en su postura adolescente de creer que entienden más que tod@s, que saben más que tod@s, y que luchan más que tod@s, critican a esas Mujeres que dieron su vida para que ell@s puedan hoy estar pegando afiches en una facultad.
Puedo coincidir o no con las líneas políticas de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, pero nunca me pondría al servicio de la derecha retrógrada para juzgar su accionar y su lucha. Jamás osaría cortarles el micrófono en medio de un discurso, ni acaparar luchas del pueblo como si fueran propias y exclusivas de un partido político. Mucho menos echar a otro partido de la Plaza de Mayo, decidiendo autoritariamente quiénes pueden y quiénes no defender los derechos humanos. No es por seguidismo ni obsecuencia, sino por respeto a una historia de lucha y consecuencia de la que muy pocos pueden dar cuenta.
Hoy los diarios de derecha vuelven a atacar la pureza de los pañuelos. Qué verguenza. Para pegar por elevación a un gobierno nacional y popular, y para tener un poco más de lectores de derecha, los mismos diarios que "auspiciaron" a l@s militares y encubrieron los delitos de lesa humanidad, hoy critican sin pruebas a la organización de Madres de Plaza de Mayo. Hebe de Bonafini ha dedicado su obra a mantener viva la memoria de l@s jóvenes desaparecid@s. Algún escritor ha salido a decir que la organización es un "emporio", y los periodistas buscan que la trayectoria de lucha se manche por un señor que resulta ahora funcional a los medios, dándoles algo que criticar en el medio de no poder criticar nada. Qué verguenza. Las madres tienen una imprenta con precios populares, una universidad popular, una librería con ediciones que no existen en los centros comerciales de cultura prefabricada made in u.s.a.
Hoy a las 15.30 hs, los invito a sumarse a la ronda número 1728 que todos los jueves realizan las madres alrededor de la Plaza de Mayo. Iremos organizaciones sociales, sindicales y políticas en apoyo a la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Que no gane la derecha.
Una vez más, FUERZA COMPAÑERA!

2 comentarios:

Ariel Corbat dijo...

DOLOR DE MADRE -cuento breve de una tragedia-




Al fondo del último recoveco, en las profundidades de su conciencia, la mujer fue arrinconando apretadamente el mayor de sus rencores. Durante mucho tiempo pudo esconderlo de todos. Salvo, claro, de sí misma. En la soledad más absoluta nunca derramaba lágrimas, por ellos solamente insultos. Su sombra era el mudo testigo del modo en que encorvaba la espalda para sacar desde muy hondo todas y cada una de las palabrotas. Y a veces ni siquiera palabras, secos e impiadosos sonidos guturales lacerando el agrio repudio de la sangre. El dolor fue sincero, ¿cómo no serlo?, la mentira anidaba en la razón de tan grande aflicción. Se aferró al pañuelo como un blanco de amnesia, para olvidar todas las manchas, aquellos mocos que ella misma les sonaba. Y lo lavaba para que se viera más limpio. Pero la traición... ¿de qué forma perdonarles la traición? Porque no fue sólo que se alzaron contra la Patria al ensangrentar la tierra queriendo arriar la bandera que los vio nacer. Otras madres de hijos igualmente ganados por la misma causa del odio se dejaron caer en la vergüenza al entender que intentando borrar la historia del país y arrasar sus símbolos, tradiciones y libertades lo que en verdad querían era matar a sus padres. Al fin de cuentas eso es la Patria, la tierra de los padres. Ella se negó a verlo, pero lo vio antes de cerrar los ojos. Esos hijos escupieron en la cara de sus progenitores que la sociedad que les legaban era mierda, tan mierda que merecía ser aplastada bajo la opresión de un trapo rojo. Todo se debía destruir, las leyes, las costumbres y hasta los afectos para dar paso a un hombre nuevo. Un hombre nuevo que no tendría nada de hombre, pero sí mucho de bestia y autómata.

No pudo soportar sentir semejante vergüenza por haber engendrado esos hijos. ¡Asesinos!, gritó. Y hubo quienes mal creyeron que insultaba a los matadores de su prole. Nunca entendieron el profundo dolor de madre traicionada. El deseo de venganza atronaba día y noche entre sus sienes. A toda hora vociferaba la furia que le arremolinaba el ánimo.

Entonces cierto día conoció a un convicto parricida, y al fin halló el modo de consumar su venganza.

- Hijo, hijo mío -le dijo.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

Guirpul dijo...

Ariel, te pido que cuando firmes expreses alguna opinion de lo escrito, pues este debe servir como espacio de debates y opiniones, y no para replicar un obra personal, con un ego que tanto se expresa en el inicio de tu blog. Por cierto, qué pena que no dejes escribir comentarios en él, pues hubiera sido lindo poder escribirte alguno. Se ve que la pluma de la derecha no tolera correcciones.
Para futuro, por más inventiva que tengas, considerá que las ficciones literarias no son análisis políticos ni de la realidad. Son sólo eso, ficciones. Por cierto, la derecha no necesita de tu pluma, ya tiene varias pero nunca supo usarlas sin el acompañamiento de las botas y el imperio. Qué lástima que haya tanto narciso dando vueltas, dando opiniones personales como si fueran el resultado de análisis serios y expresiones objetivas. Lástima también que te equivoques en tantas cosas que publicás. El día que permitas comentarios, asumiré que estás en condiciones de aceptar alguna que otra nota reflexiva sobre tu pobre obra.